Nicole Publicado el 11 de Mayo Compartir Publicado el 11 de Mayo Gabriel Fernández condujo al equipo femenino de Ferro Carril Oeste al título y compartió el plantel con Julia, su hija de 20 años que es una de las figuras Ferro Carril Oeste es uno de los tradicionales clubes del básquet nacional. La histórica institución de Caballito marcó una era en la década del 80 con tres títulos en la Liga Nacional y Campeonato Sudamericano y recobró el protagonismo con el equipo femenino, que viene de consagrarse en el máximo nivel argentino tras vencer 59-41 en el tercer juego de la final a Riachuelo de La Rioja con una particularidad que sumó una cuota de emoción: padre e hija compartieron el plantel y levantaron la copa juntos. Gabriel Fernández, integrante de la Generación Dorada que, entre otros hitos logró la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004, arribó a la conducción técnica de Ferro a comienzos de este año y coronó en su primera experiencia. El desafío era doble, ya que dentro del talentoso plantel estaba su hija, Julia, quien a sus 20 años ya cosechó dos títulos en el Verdolaga y tuvo participación en la selección argentina juvenil. “Estoy muy feliz y es algo inédito que me pasó en la vida. La verdad que conociendo la personalidad de Julia fue muy fácil dirigirla. Siempre estuvo muy ubicada en en su rol de jugadora y nunca pensé que iba a ser un problema. Además, conocía a las chicas de verlas jugar en muchos partidos, por ahí tuve esa ventaja, pero tampoco sabía cómo se iban a adaptar a que yo era el padre de Julia y a la vez el entrenador. Hubo mucho respeto y nunca se hizo un comentario. Lo que rescato es que las jugadoras son muy sacrificadas y entrenaron igual que cuando entrenábamos nosotros cuando era jugador”, le dijo el coach de 48 años Del lado de la jugadora campeona, los sentimientos se equiparan, más allá de que ambos estuvieron juntos en cancha durante el reencuentro de la Generación Dorada en Parque Roca. “Es una alegría enorme porque nunca pensé que podría llegar a compartir este título con mi papá o que íbamos a poder vivir algo así. Tenerlo acompañándome ahí en el banco es una locura y me encanta”, soltó Julia. Y agregó: “Nunca fue un problema que sea el entrenador. Es más, creo que potenció mucho mi juego, me dio mucha más confianza dentro de la cancha. Él veía que teníamos potencial para poder ser campeonas, así que intentó explotarlo al máximo y sacar lo mejor de cada una. Mis compañeras también se supieron adaptar a su filosofía de juego, a su carácter y a sus ganas de entrenar, ya que lo hacíamos todos los días Otro de los puntos en común de la historia de los Fernández es que la relación entre Julia y Gabriel también excede el rectángulo de juego, ya que ambos trabajan juntos en la empresa familiar que se dedica a fabricar tráilers y casas rodantes. Además, la ala-pivote de 1.85 metros está cursando la carrera de comercio bajo la modalidad “a distancia”, lo que le permite adaptar los tiempos de estudio con sus entrenamientos y, a la vez tener la chance de emigrar al exterior y poder seguir con un deporte que en Argentina no es completamente profesional. “Lamentablemente, los sueldos que tenemos no se pueden comparar con los del plantel masculino y hoy en día, no podés vivir del básquet solo con la Liga Femenina y tenés que hacer algo más sino no llegás”, cerró la joven, citando algunos ejemplos de sus compañeras que estudian, trabajan y deben acomodarse los horarios para entrenar en el club que acaba de cortar las redes Citar Enlace al comentario Compartir en otros sitios Mas opciones de compartir...
tamilá Publicado el 14 de Mayo Compartir Publicado el 14 de Mayo qe lindo recuerdooo Citar Enlace al comentario Compartir en otros sitios Mas opciones de compartir...
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